Texto y autorretrato Laura Guerra

La naturalidad y la desnudez están conectadas la una a la otra.

Nos genera miedo enfrentarnos a nuestra propia naturaleza, a nuestra piel desnuda, ese único lienzo lleno de estrías, celulitis, pelos e “imperfecciones”. Queremos acercarnos a una idea de belleza que no es fiel a la realidad pero que vemos en todas partes. Todos los cuerpos son diferentes e ideales porque precisamente son el reflejo de nuestras experiencias, vivencias y decisiones… lo que nos separa es el juicio, que en vano, mantenemos hacia él.

Ser perfecto es una ilusión, dejemos de compararnos. No vale la pena tener una mala relación con nuestro cuerpo, más bien, cada vez que podamos estar desnudos mirándonos en un espejo, llenémonos de amor y de afirmaciones positivas, eso nos ayudará a superar poco a poco nuestros complejos para ser conscientes, vivir en armonía y ser más felices.

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