La resiliencia y feminidad se entrelazan en un rincón íntimo del alma. En el silencio de nuestras experiencias, florece un poder inquebrantable capaz de mover fibras desconocidas en el inmenso poder del cuerpo mismo.
Como un jardín secreto, mis luchas y triunfos se entierran profundamente en el suelo de la vida. Las raíces de mi resistencia crecen en las sombras, donde nadie puede verlas, pero son fuertes y persistentes, soy, permanezco y vivo.
Cada día, tejo con hilos invisibles una manta de coraje y determinación, me cubro con ella en los días fríos y me siento humana, carne y Ser.
Soy mujer y descubro en lo más profundo de nuestra esencia la capacidad de resistir, persistir y brillar incluso en medio de mis propias tormentas y derrumbes. Nuestra resistencia es poesía en silencio, un himno íntimo que canta la historia de la fortaleza femenina. Soy carne, soy mujer, soy ser.
Seguimos manteniendo la intención del proyecto para que cualquier mujer pueda participar, reconocerse, verse con más confianza, olvidar los complejos y amarse de verdad.