Liberación

Texto y autorretrato Gisella Gallardo Aciares

Antes era pudorosa y muchas veces critiqué cuando alguna mujer exhibía su cuerpo, quizás era porque en el fondo deseaba tener el coraje que ella tuvo para mostrarlo.

Hoy admiro a todas aquellas mujeres que se dan la libertad de mostrar sus cuerpos con diversas formas y tamaños porque cada vez que una mujer se muestra públicamente desnuda es un tremendo paso en la aceptación de su ser femenino. Perdí el pudor a mostrarme cuando conocí a un grupo de mujeres maravillosas que me presentaron sus cuerpos con confianza y amor, perdí el pudor cuando otra mujer me fotografió estando ella también desnuda. Desde ese día se desbloqueó la puerta del pudor al “que dirán”. La desnudez es nuestro estado natural, todo se siente y se disfruta más estando desnudos.

Además desde ese día se reconfirmó en mí la belleza que está en todas y cada una de nosotras, y sí cuando me tomé estas fotos, me miré al espejo y dije, “pero que cuerpo que tienes, a pesar de esto y de aquello… sigue en pie, sigue vivo y está hermoso “. Y entonces obvio… ¿Cómo no iba a tomarme fotos?

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