Espinas

Texto y modelo Hendrina Isabel | Fotografía Daniel U.

En la piel que habito, el cuerpo que poseo, este templo sagrado, mi hogar y refugio… hecho raíces. Se fue a lo más profundo, donde no había luz, encontró espinas, espinas que no quería ver, espinas que cortaban y sin ninguna razón volvían a crecer, espinas que pincharon hasta desangrarme… hasta doler y no soportar tenerlas.

Abracé las espinas que habitan mi piel, las sostuve, algunas todavía no las toco, sé que están ahí… sé que en algún momento las podaré también. El cuerpo que habito tiene muchas, pero empieza a reconocer la rosa, a ver ese rojo intenso, ese fuego que hay dentro de él, esa bella, delicada y frágil rosa…

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