Texto y modelo Jess Rodríguez | Fotografía Camila Murillo

Me costaría explicar esta publicación en un mismo párrafo. Y solo puedo pensar en que nos criaron con tanto susto por mostrar el culo, trasero, nalgas, como lo quieras llamar.

Me educaron como “señorita” y bajo prácticas machistas. Tarde dos años en contarles a mis padres que los jueves y los sábados iba a talleres de desnudo, no precisamente a dibujar en carboncillo. Para entrar en contexto mi padre solo se daba golpes de pecho y solo repetía ¿Hija que necesidad tienes de mostrar tu cuerpo? A lo cual le respondí que no era una necesidad ¿Ustedes creen que es una necesidad? Mi madre al contrario admira profundamente mi capacidad y fortaleza mental para desnudarme frente un grupo de personas las cuales me van a encontrar todo los defectos del mundo en 40 minutos.

Y si llegaste al final de este post por morbo, curiosidad o porque ya que me viste las nalgas, deslizaste el texto. Te puedo decir que si eres mujer todas absolutamente todas tenemos nuestro encanto y esto no se trata de una competencia para ver quién es mejor que quien o quién está más guapa o quién no tiene las nalgas o senos en el piso. Estas mierdas y estereotipos las inventamos nosotras mismas, esto no es producto del machismo.

Yo por ejemplo sufro para ganar peso, tengo la nalgas estriadas y mi senos ya no son talla 38, tengo mil historias por contar razones por las cuales hombres me han dicho que no y porque no me llevan enserio, aquí les van:

1.Eres alta
2.Tus labios son gruesos
3.Eres modelo de desnudo
4.Tienes tatuajes
5.Calzas 39
6.No eres hueca
7.Eres segura

¿Y si por un solo día confiamos en nosotras mismas? y aíslas el eco de la sociedad.

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