Aprendí a compararme antes de aprender a leer
Texto y modelo Natalia Rubiano | Fotografía José Calderón
Me gusta escribir aunque no soy buena, no escribo poemas, escribo desde el corazón lo que fluye de mí, si sale natural, es mi verdad. Yo hablo con la cruda verdad. Esta es mi historia.
Tengo muy buena memoria, mis recuerdos de niñez son muy vividos. Lastimosamente uno de los recuerdos más vividos que tengo de niña es haberme dado cuenta que la belleza era algo importante y en ese en ese momento me di cuenta que era algo que no tenía. Estaba en kinder, si kinder. Era una niña muy aislada, me gustaba jugar sola, bueno no sola, tenía una mejor amiga imaginaria se llamaba Sarita, casualmente ese era el nombre de la niña en mi curso de kinder que tenía muchos amigos, era una niña linda. Yo quería ser como Sarita linda y con muchos amigos. Las profesoras siempre me regañaban por cómo escribía, dibujaba, hablaba etc. y me decían “¿Por que no puedes ser como Sarita?” cuando pasé a primero era “¿Por qué no puedes ser como Angie?” lo mismo, yo quería ser como Angie bonita y con muchos amigos. Creo que relacioné que las niñas a las que les iba bien en el colegio, las que las profesoras querían y las que tenían amigos, eran las niñas lindas. No tuve amigos por mucho tiempo y no me sentía linda.
¿De dónde saqué que era una niña linda o una niña fea? De los niños. Mientras a nosotras nos enseñaban a quedarnos calladas y ser obedientes, a los niños les enseñaron a decir lo que se les diera la regalada gana, entre esas cosas me decían “fea” “enana” “narizona” “cucaracha” y a las otras si les decían lindas, eran amables y no las molestaban. Entonces mi pequeña mente decía “si soy linda la gente me tratará bien”. Aprendí a compararme antes de aprender a leer.
No conozco a ninguna niña de mi generación a la que le hayan enseñado desde pequeña lo que es la hermandad entre mujeres, el autoestima, amor y respeto mutuo. ¿Quién nos iba a enseñar? Si a nuestras mamás nunca les enseñaron, ni a las mamás de nuestras mamás. Al parecer las mujeres aprendemos estas cosas cuando ya estamos cansadas de estar oprimidas y silenciadas por mucho tiempo. Yo aprendí después de mi adolescencia, después años de compararme entre otras niñas, ser sexualizada después de haber sangrado y mis tetas haber crecido, haber sido víctima de violación, constante acoso en las calles y la humillación por parte de compañeros del colegio, por expresar mi gustos sexuales, hablar de masturbación y sí enviar fotos como una estúpida a huevones adolescentes. En otras palabras “slut shaming”.
Esta es la cosa con el bajo autoestima, el autoestima no es sólo un complejo físico que sale de ver a una modelo delgada en televisión, no es así, no en mi caso, ni en el de la mayoría de niñas. Es un gran historial de eventos que nos dejan marcadas, que aplastan nuestro autoestima y generan complejos, cicatrices que toman tiempo en sanar. La cosa es que no pensamos en nosotras mismas, no nos enseñaron eso, nos enseñaron que tenemos que vernos lindas para el mundo, o el mundo será cruel. La verdad es que el mundo es cruel contigo solo por ser mujer. El mundo es cruel en general.
¿Cómo tener un buen autoestima después de haber durado casi la mitad de mi vida hasta ahora sintiéndome una mierda? No lo sé, no creo que haya una fórmula. Hay educación, cuando nos educamos entendemos, aprendemos y ponemos en práctica. El autoestima se construye con acciones, no con palabras lindas. Las palabras lindas son pura superficie, el “bodypositive” es solo la punta del iceberg de lo que es la aceptación, aceptar todo sin etiquetar qué parte de ti es mala o buena, el físico no es autoestima, nuestra mente es la que tenemos que mantener sana aunque no es fácil. No conozco la primera persona sin complejos, todos los tenemos. Después de una infancia tan desenfocada, una adolescencia tan dañina, ahora sólo quiero vivir como una mujer tranquila.
Con amor para todes, Natalia.
Nuestras sesiones
Enrique
17 agosto, 2020 at 2:38 pmHay que olvidarse de los cánones belleza impuestos por intereses, intereses comerciales generalmente. El cuerpo desnudo ya es bello de por sí. Mostrar tu cuerpo desnudo hace que tu autoestima tenga un subidón impresionante. Y te hablo desde mi experiencia como modelo de Bellas Artes y Fotografia. Olvidate de eso cánones y disfruta y ama tu cuerpo desnudo