Reconciliarse con las zonas poco luminosas que habitan en mí, tocar con la yema de mis dedos el musgo verde que habita en la piel del rio, sentir la piel erizada con el viento frio que acaricia mi cuerpo, olvidar el ruido de la calle, de las personas que te juzgan, de las preocupaciones, del miedo y dejar que ésta acaricia natural me abrace, me sostenga y me desborde.
Texto y modelo Vavalisa | Fotografía Julián Rodríguez C.
Seguimos manteniendo la intención del proyecto para que cualquier mujer pueda participar, reconocerse, verse con más confianza, olvidar los complejos y amarse de verdad.
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