Retorno
Texto y autorretrato Isabella Martínez
El retorno surge de una partida, de volver a algún lugar o estado de unión que se ha dejado. Este es el relato en el cual retorno a mí.
La vida y yo hemos llegado hasta un lugar en donde todo está oscuro, vacío de sentidos y repleto de ruidos, de tristezas, miedos y terrores, frustraciones y una profunda e insoportable soledad…
Me miro, me miro y encuentro una primera barrera, la mía, la de mi imagen, me miro y reconozco que llevo gran parte de mi vida negándome y aceptando las negaciones de los otros acerca de mí, así que cuando intento verme me desconozco, me ahuyento, me duelo, me asusto al no reconocerme, me temo, me olvido, me lastimo, sufro, lloro, grito por dentro; me aturde solo encontrar ideas y juicios cuando quiero encontrarme a mí, me abruma, me alejo…
Vuelvo otra vez, me detengo y me observo, veo algo, una luz parpadeante en el interior, no la comprendo, no le entiendo, me acurruco a esperar, todo está tan oscuro, me aterro, me voy…
Vuelvo otra vez y me observo, me apaciguo, me calmo, me acompaño y empiezo a encontrarme, me da miedo, me doy miedo, no puedo conocerme, no puedo descifrarme, me frustro; me voy con mi vida entre los brazos sin saber qué hacer con ella…
Vuelvo… vuelvo a buscar, vuelvo a llamar, vuelvo a observar, veo algo, una luz ahora más radiante y una imagen antigua, una niñez, unos cantos de amor de niña, unas heridas que se han vuelto enormes como agujeros, agujeros negros que succionan todo y me dejan en una nada ya sin mí, me asusto, me arrepiento, me voy doliéndome…
Vuelvo, persisto, siento que cada vez que vuelo abro una puerta, que me estoy dirigiendo a algún lugar donde todo empezará a ser más claro… Vuelvo y los miedos ya tienen voz, los dolores empiezan a mostrar sus raíces, las quejas empiezan a hablarme suavemente al odio, me van abrazando unos brazos tan míos, tan puros. Necesito concentrarme, todo esto es confuso, me agoto, me quiebro, me voy…
Vuelvo, vuelvo y ya sé por donde empezar, vuelvo y las puertas se han mantenido abiertas, vuelo cada vez más ligera, me voy encontrando, escuchando, observando, reconociendo. Avanzo, me siento con valentía y determinación, acepto que me he alejado de mí tanto que hasta he perdido la ruta de retorno, lo afronto y empiezo a abordar el camino hacía mí. Porque me hago mucha falta, porque me extraño, porque me necesito, porque necesito darme amor, y sanarme, porque necesito ir hasta donde me haya dejado y decirme que lo siento mucho, decirme por favor perdóname, te amo, necesito encontrarme para decirme que me amo… lo necesito. Me distraigo, me angustio, me rindo, me afano, me voy…
Vuelvo… ahora sé que siempre puedo volver, entonces vuelvo, ya más limpia, más tranquila, sin tantos juicios, sin tanto control, vuelvo por amor, con una disposición más filtrada de odios y rencores. Vuelvo porque siento un llamado, una voz de mi ser que me llama, que también me necesita como yo le necesito.
Es un huracán este ir y volver, un caos que renueva, una tempestad que limpia, un reencuentro, una forma de sanar, es el impulso de volver a mí, y de preguntarme quién soy yo, quién soy yo más allá de estas definiciones sociales, más allá de esta identidad, de estas ideas que me he hecho acerca de mí, quién soy yo más allá de mi familia, mis amigos, mis relaciones, quién soy yo más allá de mi profesión, de mi utilidad, ¿Quién…? ¿Qué…? ¿Qué soy? Es el impulso de ir al fondo de esta tristeza y de estos conflictos antes de que ellos lleguen al fondo de mí y me agoten la vida, es el último esfuerzo antes de ahogarme, es ese reflejo de nadar con todas las fuerzas buscando una orilla en este mar de angustias, es un grito de auxilio…
Y ahora sé que el autorretrato es potencialmente el camino y el vehículo, es la distancia para poder observarse profundamente, es el poder irse y volver, siempre volver. Es una acción que alcanza y traspasa diferentes momentos y planos de la experiencia fotográfica, porque otorga una experiencia que se conforma de varios momentos, empezando desde la iniciativa y la indagación sobre sí mismo hasta la reflexión que se produce al materializar la imagen de sí mismo, así que este proceso convierte a una fotografía en la posibilidad de manifestar, confrontarse, repensarse, reflexionarse, comprenderse, recrearse, reaprenderse.
Me autorretrato por esta necesidad de comprenderme sin dañarme, de ayudarme sin romperme, de escucharme sin culpas, sin juicios ni castigos… Y por primera vez en mi vida siento que tengo la valentía de mirarme a los ojos, de mirarme y preguntarme, ¿por qué, por qué, para qué? Es mirar a la cámara mirando a mi ego, mirar a la cámara mirando a mis miedos, mis juicios, mis conflictos.
Es un acto de alevosía hacia mis terrores y angustias, es la forma de decirle al lente que me observa que ya no puedo más, que ya no puedo seguir así, esta acción de retratarse es un grito de fuerza y revolución hacia las propias cadenas, es un siempre soltar, es una explosión en la intimidad, en una intimidad cruda y pura; Sí… es un abrazo, un abrazo en soledad y muy fuerte, lleno de todo, de vida… Tomar la cámara para capturarme a mí misma es confrontarme, en todos los aspectos que me conforman, empezando por la imagen, empezando por la superficie, y luego procurando ver más allá, comprender los otros lenguajes que mi cuerpo habla, atender lo que manifiesta mi postura e intentar descifrar que es lo que dicen mis hombros tornados hacia adentro, mi espalda encorvada, mis arrugas de estrés en la frente, mi pecho hacia un lado, la mirada perdida, la cabeza hacía abajo… intentar encontrarme, leerme, sanarme y amarme…
Nuestras sesiones
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Adrian
16 julio, 2020 at 8:57 amLo único que quisiera, a pesar de que siento que no necesitas de nadie, que cada vez te reencuentras contigo misma y sola descubres el hermoso y caótico universo que eres y en la combinación de todas tus virtudes suena una melodía suave que calma la esencia de quien la escucha, más que una musa o una ninfa eres una diosa bondadosa que nada tiene que demostrar, eres completa con el hecho de ser, lo único que quisiera, es estar cerca de ti para poder abrazarte.