Pedí paz para mi cuando me di cuenta que en mi corazón solo había dolor y traición, cuando entendí que estaba en guerra con mi cuerpo y mi mente, cuando entendí que mi realidad era justo ahora y no la podía cambiar, pero en cambio, debía aceptarla y amarla.

Pedí paz para mí cuando me sentí en la necesidad de tirar todo a la basura, cuando sentía que ya no era suficiente, que el corazón no resistiría.

Pedí paz para mí, por la necesidad de estar tranquila conmigo y con los demás, a pesar del daño, a pesar del dolor.

Pedí paz para sanar y encontré que más allá del dolor está el amor propio, las ganas de levantarme y salir con la frente en alto, de mirar nuevos horizontes y encontrarme libre amándome.

Modelo y texto Gabriela | Fotografía Julián Rodríguez C.