He tocado el cielo

Texto y autoretratos Melannie Medina

He tocado el cielo muchas veces, con diferentes personas, de diversas maneras.

Sería hipócrita decir que únicamente mi esposo es capaz de hacerme tocar el cielo. La verdad es que, con la madurez, descubrí que yo soy mi propio cielo y que, de vez en cuando, hay fiesta. Entonces suenan las campanas e invito a alguien a embriagarse de mí, y me siento Diosa.

He tenido la fortuna de tocar el cielo tantas veces como me he enamorado, tantas veces como he deseado a alguien, cuando me he dado placer a mí misma y cuando he hecho algo bueno por mí, porque para tocar el cielo no hacen falta dos personas.

He aprendido a ser dueña de mis orgasmos y de mi desnudez. Me he decidido a deconstruir la moral heredada por mi contexto sociocultural para construir por mí misma los cimientos de la persona que quiero ser, bajos mis propios términos y condiciones.

He entendido que el erotismo poco tiene que ver con la estética. Que todos los cuerpos tenemos derecho a sentir placer y podemos, de hecho, ser deseados por alguien. Que el placer tiene más que ver con el merecimiento y con la libertad que con la belleza. Que en mi cuerpo y en mi cama no manda la iglesia ni el Estado, mando yo.

Este es mi cielo, mi templo, mi fiesta. Y esta es la cronología de una desnudez.

 

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