Cerrar los ojos y respirar, respirar tan profundo que sienta el pecho a reventar, exhalar hasta sentirme tan vacía que la necesidad de vivir vuelva a llegar con olor a tierra, a agua y bosque.
Porque la vida es eso un suspiro que siempre está en busca de equilibrio, no ir más allá para no morir pero tampoco estar tan acá para disfrutar de aquello que nos rodea.
Seguimos manteniendo la intención del proyecto para que cualquier mujer pueda participar, reconocerse, verse con más confianza, olvidar los complejos y amarse de verdad.