Se desnudaba y mis sentidos se agudizaban, con sólo rozarla tiritaba. Ella era serena, como el viento en primavera. Al mismo tiempo salvaje, cuando encontraba derretirse en los brazos correctos. Nunca habrán palabras que la definan, ni suficientes besos que acaben con su sed. Ella era mi camino de huida y vuelta. El comienzo de mi libertad y el final perfecto de mis poemas.
Seguimos manteniendo la intención del proyecto para que cualquier mujer pueda participar, reconocerse, verse con más confianza, olvidar los complejos y amarse de verdad.