Aprendiendo a volar
Modelo y Textos Alejandra Michelle | Fotografía Baulab
Hace unos meses no hubiera sido capaz de subir esta foto porque he crecido con la opinión ajena sobre la espalda, pero ya he dejado a la niña tras la ventana y me he atrevido a saltar fuera del marco.
He permitido que me describan, dibujen, y moldeen a su parecer; olvidándome a mi misma, sometiéndome a depender de hilos tal como una marioneta. Me faltaba tanto amor que deje que me calificaran con sustantivos ofensivos a mi persona y peor aún, me los creí. Pero como todo siempre llega el límite, escogí particularmente esta fotografía porque me da paz y me sabe a libertad; por fin me he borrado palabras incongruentes de mi alma, las he lavado con agua de mar, agua salada, agua que sana, que cicatriza heridas, que purifica. He hecho un trato conmigo, no permitiré que toquen mi esencia, no me cambiaran el guion, no irrespetaran mi poesía; no porque lo vayan a dejar de hacer, sino porque no me tocarán, ni traspasarán, estoy protegida.
A lo largo de mi vida he sido criticada por infinidades de cosas, como todos; que mis tatuajes dañan y modifican mi piel; las operaciones estéticas también y las aplaudes, si me pongo lentes de contacto no me quiero atentamente la persona que usa 5 capaz de maquillaje y se contornea a su conveniencia, si me pinto el cabello es malo, pero lo hace un externo y está bien.
El problema nunca he sido yo, la sociedad es hipócrita, y actúa según le conviene. No está mal nada de lo anterior mencionado, lo incorrecto es dejar crecer la intolerancia y juzgar.
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