Nos miramos con complicidad mientras caminamos a lo largo del ferrocarril. Nuestras diferencias en apariencia se desvanecen en la calidez de nuestro apoyo mutuo. Juntas, somos más fuertes, más resilientes, más capaces de enfrentar cualquier obstáculo que se nos presente.
El viento acaricia nuestros rostros mientras miramos a nuestro alrededor, absortas en la contemplación del paisaje que se despliega ante nosotras. Saber que tenemos el respaldo de nuestras hermanas nos llena de fuerza y determinación para seguir avanzando, sin importar a dónde nos lleve este recorrido
Seguimos manteniendo la intención del proyecto para que cualquier mujer pueda participar, reconocerse, verse con más confianza, olvidar los complejos y amarse de verdad.